Era domingo, 2 de septiembre. Fui de los muchos que hicimos la mili tras apurar todas las prórrogas que nos fueron necesarias para concluir nuestros estudios universitarios antes de cumplir con el entonces servicio militar obligatorio que, más o menos, venía durando un año. Supongo que debían ser sobre las seis de la tarde. Ese fin de semana me tocó entrante de guardia el cuartel de Capitanía General en Madrid. La semana no había sido buena, no me encontraba bien, no sabía por qué, pero me sentía inquieto y algo angustiado.
Tras un receso en la cantina me eché el fusil (el ya antiquísimo cetme) al hombro y salí para proseguir con la ronda tras los muros del cuartel. Le dije a mi compañero que no tuviera prisa por dejar la cantina, que yo cubriría la rutinaria ronda sólo y que pasaría a recogerle en cuestión de minutos.Aún hoy en día no me explico por qué, pero cuando me acercaba al muro sur del cuartel, cargué el cetme, me coloqué en posición de disparo a pié y vacié el cargador de seis cartuchos apuntando contra dos pequeños y, por supuesto, lejanos cúmulos nubosos que se me antojaron un blanco atractivo para una aburrida guardia de una aburrida tarde de verano.
Recuerdo que después me tumbé, como invadido de paz, en el suelo, como si no hubiera hecho nada, como si nada pasara.... o mejor, como si hubiera hecho algo que, no sabía por qué, pero que debía hacer..., como un héroe de película tras defender el fortín.
Recuerdo que después me tumbé, como invadido de paz, en el suelo, como si no hubiera hecho nada, como si nada pasara.... o mejor, como si hubiera hecho algo que, no sabía por qué, pero que debía hacer..., como un héroe de película tras defender el fortín.
Sé que se produjo un revuelo enorme y es la última imagen que recuerdo del cuartel. Después sé que desperté de un profundísimo sueño atado a la cama de una de esas habitaciones 'blindadas' del pabellón psiquiátrico del hospital Gómez Ulla de Madrid. Fuí allí y entonces dónde me diagnosticaron como maníaco-depresivo...., traducido al día de hoy, como paciente del más popularmente (quizás demasiado) conocido hoy en día como Trastorno Afectivo Bipolar (TAB) ...............
[continúa....]
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